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Chile: 驴Epitafio para la Concertaci贸n?

Fernando de la Cuadra - Outubro 2009
 

Faltando poco m谩s de dos meses para la pr贸xima elecci贸n del 13 de diciembre (presidencial y parlamentaria), el panorama formal qued贸 despejado luego de finalizado el proceso de inscripci贸n de candidaturas en la Oficina del Servicio Electoral. Es decir, el escenario ya esta definido y los ciudadanos tienen a la vista a cuatro aspirantes a La Moneda y cuatro listas de candidatos a senadores y diputados. Las candidaturas presidenciales son: Sebasti谩n Pi帽era por la alianza de derecha denominada "Coalici贸n por el cambio"; Eduardo Frei por la Concertaci贸n de Partidos por la Democracia; Marco Enr铆quez-Ominami (Independiente) y Jorge Arrate, que representa la izquierda congregada en torno al referente Juntos Podemos [1].

Un dato relevante a la hora de evaluar las tendencias que podr铆a seguir la campa帽a en los pr贸ximos meses es que, despu茅s de casi 20 a帽os de exclusi贸n del sistema pol铆tico (despu茅s de recuperada la democracia), el Partido Comunista formaliza su alianza con la Concertaci贸n, llevando una lista parlamentaria en com煤n, lo cual ha sido interpretado por algunos entusiastas dirigentes como un "pacto hist贸rico".

Sin embargo, esta inclusi贸n de los candidatos comunistas en la cartilla electoral de la Concertaci贸n es precisamente eso y nada m谩s, un mero arreglo instrumental que le ha permitido al Partido Comunista lanzar unas pocas candidaturas en distritos emblem谩ticos con el apoyo de la Concertaci贸n, que tendr铆a como retribuci贸n el apoyo de estos en otras zonas distritales. Es decir, esta alianza no representa m谩s que un acuerdo pragm谩tico, acotado y de corto plazo, que guarda mucha distancia con la formula del "compromiso hist贸rico" propuesta por Berlinguer a partir de la lecciones arrojadas por la tr谩gica experiencia de la v铆a chilena al socialismo.

Las 煤ltimas mediciones de pesquisa electoral sobre la intenci贸n de voto parecen corroborar la tesis de que la Concertaci贸n de Partidos por la Democracia no consigue entusiasmar a sus adherentes hist贸ricos. En efecto, el postulante de la derecha (Pi帽era) mantiene su ventaja sobre el resto con el 37% de los posibles sufragios, seguido por Eduardo Frei con el 28% de las preferencias. Por su parte, Enriquez-Ominami, candidato independiente que renunci贸 a las filas del Partido Socialista, ha alcanzado el 17% de adhesi贸n de los electores.

Mientras tanto, la popularidad de la Presidenta Michelle Bachelet sigue en alza. Manteniendo la tendencia de los 煤ltimos sondeos, la aprobaci贸n a la gesti贸n de Bachelet aument贸 significativamente y lleg贸 a un 72%, seg煤n los datos arrojados por la 煤ltima encuesta del Centro de Estudios P煤blicos (CEP). Adem谩s, Bachelet sigue siendo la figura pol铆tica mejor evaluada, aquella que se percibe como m谩s pr贸xima de la poblaci贸n y, tal como ha sido mencionado en encuestas anteriores, la persona m谩s querida por los chilenos. Indudablemente su estilo relajado, afectuoso y maternal "se ha ganado el coraz贸n de los habitantes del pa铆s".

Y no existen m谩gicas para este apoyo. Durante el presente a帽o y pese a la crisis mundial, el gobierno destin贸 una parte significativa de los recursos del super谩vit de cuenta corriente - generado por el buen precio del cobre el a帽o pasado - hacia un conjunto de pol铆ticas sociales que redundaron en mayor empleo. Con el aumento del desempleo a consecuencia de la recesi贸n internacional [2], el gobierno otorg贸 subsidios a las empresas que contratasen trabajadores entre los 18 y los 24 a帽os e invirti贸 US$ 700 millones en infraestructura. El programa de subsidios habitacionales fue intensificado y se espera que unas 600 mil familias de escasos recursos reciban este subsidio al final del mandato de cuatro a帽os. Con una inversi贸n de US$ 4 mil millones, este programa permiti贸 la contrataci贸n de unos 300 mil trabajadores en el sector construcci贸n, lo que ha mitigado en parte los efectos nocivos de la crisis global. Los avances en torno a las pensiones a las due帽as de casa y los bonos compensatorios o de invierno a las familias m谩s desfavorecidas (casi 2 millones) tambi茅n se pueden citar como factores que fortalecieron la popularidad de la mandataria.

Si en Chile existiera la formula de la reelecci贸n, sin duda que Bachelet ganar铆a de forma holgada en la primera vuelta. Pero es evidente que su popularidad no se transfiri贸 autom谩ticamente al candidato de la Concertaci贸n. Actualmente es casi un lugar com煤n referirse a la paradoja de tener un gobierno exitoso y con fuerte respaldo ciudadano, que se sustenta ir贸nicamente sobre una coalici贸n de partidos que se descompone y languidece d铆a tras d铆a.

Seguramente la administraci贸n de Bachelet representa la experiencia m谩s progresista en estos 20 a帽os de poder del conglomerado y todo el resto huele a un retroceso. A pesar que Eduardo Frei ha asumido en su discurso la persistencia y profundizaci贸n de la pol铆tica de protecci贸n social implementada por Bachelet, sumando adem谩s mayor receptividad hacia un conjunto de temas pendientes en la sociedad chilena (anticonceptivos, aborto, matrimonio homosexual, tolerancia a la diversidad, inclusi贸n de los j贸venes, etc.), sus credenciales no lo habilitan para convencer a los ciudadanos sobre la veracidad de sus intenciones. La percepci贸n m谩s extendida en la ciudadan铆a es que Frei encarna el continuismo de un bloque que necesita urgentemente renovar sus pr谩cticas y su visi贸n de futuro.

En estas dos d茅cadas de actuaci贸n, este conglomerado se fue desgastando y perdiendo vertiginosamente el esp铆ritu de construir un proyecto pol铆tico, 茅tico y culturalmente progresista que alguna vez anim贸 a gran parte de sus fundadores. En vez de eso, la Concertaci贸n se fue transformando en una agencia que administra las cuotas de poder y los puestos de trabajo en el aparato gubernamental. Su pol铆tica hacia los j贸venes siempre fue tibia y casi no se abrieron espacios para la participaci贸n de 茅stos en la vida p煤blica nacional, mucho menos para su contribuci贸n efectiva al interior de los partidos. No es gratuito que la inscripci贸n de los j贸venes en los registros electorales continua siendo escasa. No han sido consultados sobre sus intereses y se apela a su deber republicano casi exclusivamente en per铆odo de elecciones. La educaci贸n chilena contin煤a atrapada en estructuras que reproducen la desigualdad de oportunidades, y los j贸venes carecen de reconocimiento en el plano social, econ贸mico, laboral y simb贸lico, sinti茅ndose ajenos a una comunidad de destino en la cual todos pueden ser participes y encontrar su lugar sin ning煤n tipo de exclusi贸n.

Por otra parte, los partidos de la coalici贸n tampoco supieron responder asertivamente a los conflictos sociales generados en estos a帽os, criminalizando en muchas oportunidades las movilizaciones de diversos sectores descontentos con la gesti贸n de sus cuatro gobiernos (estudiantes, profesores, deudores habitacionales, Mapuche, organizaciones sindicales, grupos ecologistas, etc.). Pero lo que parece m谩s grave en este escenario es la distancia que fue tomando la Concertaci贸n de sus electores y de como su pr谩ctica pol铆tica perdi贸 contacto con los anhelos de la ciudadan铆a, privilegiando la soluci贸n tecnocr谩tica de los problemas a una b煤squeda mancomunada de respuestas entre todos los actores involucrados.

En t茅rminos estrictamente electorales, la derecha no gana en las urnas desde el a帽o 1958 - con Alessandri -, y la candidatura de Pi帽era se encuentra en una evidente fase de estancamiento. Lo que quiz谩s resulta m谩s previsible es que, en una segunda vuelta, los votos de Enr铆quez-Ominami fluir谩n mayoritariamente hacia la candidatura de Frei. Sin embargo, la interrogante que se mantiene en el aire es si el conglomerado va a sobrevivir a este proceso de desgajamiento e indisciplina que parece interminable y preanuncia el final de un ciclo. La tendencia m谩s probable, a nuestro entender, es que, a煤n cuando la Concertaci贸n pueda salir airosa de la pr贸xima justa electoral y obtener un quinto mandato, su camino hacia el ocaso y la desintegraci贸n se vislumbra sin retorno. Nuevas fuerzas sociales y nuevos referentes pol铆ticos tienen que ser construidos para seguir perseverando en la idea de que todav铆a es posible construir un pa铆s m谩s justo, solidario y democr谩tico.

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Fernando de la Cuadra es soci贸logo chileno y聽miembro de la Red Universitaria de Investigadores sobre Am茅rica Latina (Rupal).聽

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Notas

[1] Por su parte, las alianzas para las Parlamentarias son: Coalici贸n por el Cambio (RN聳 UDI聳Chile Primero); Pacto Concertaci贸n y Juntos Podemos, Por M谩s Democracia (DC聳PS聳PPD聳PRSD + PC聳IC); Por un Chile Limpio Vota Positivo (PRI聳MAS聳 Fuerza Pa铆s) y los Independientes que apoyan a Enr铆quez-Ominami junto a Humanistas y Ecologistas.

[2] El desempleo pas贸 de 7,8% en septiembre de 2008 a 10,7% en julio de 2009.


Fonte: Especial para Gramsci e o Brasil.

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