Busca:     


El marxismo latinoamericano de Aric贸

Horacio Crespo - Dezembro 2010
 

聟buscar en Marx todo aquello que traiciona y niega el marxismo de Marx聟 (Jos茅 Aric贸, 1983).

En la presentaci贸n de la primera edici贸n del Marx y Am茅rica Latina en 1980, Carlos Franco lo calificaba de "texto fundador" [1]. Las tres d茅cadas transcurridas desde aquel aserto del soci贸logo y amigo peruano de Pancho han confirmado ese juicio, ya que el libro de Jos茅 Aric贸 efectivamente abri贸 una perspectiva radicalmente novedosa en un espacio de reflexi贸n y debate en torno a un problema capital y, por cierto, hoy vigente a trav茅s de bocetos nuevos, originales y, por cierto, pol茅micos: las formas espec铆ficas de la recepci贸n del socialismo en Am茅rica Latina. El original acercamiento a esta tem谩tica por parte de Aric贸 - a trav茅s del an谩lisis exhaustivo del equ铆voco instaurado por el mismo Marx principalmente en su biograf铆a de Bol铆var, aunque otros textos tempranos tambi茅n contribuyeron a forjarlo - pone en el centro del problema las complejidades de la obra de Marx y sus interpretaciones, junto a las dif铆ciles aristas de la llamada "cuesti贸n nacional" como un terreno ineludible de indagaci贸n te贸rica y pr谩ctica pol铆tica. El asunto tambi茅n remite - y varios textos de Marx referidos a Am茅rica Latina as铆 lo manifiestan - a una verdadera encrucijada historiogr谩fica constituida por el debate en torno al car谩cter de las guerras de Independencia, los caminos originales de la construcci贸n de los nuevos estados surgidos de la Am茅rica hisp谩nica, el caudillismo, las relaciones de expansi贸n del capitalismo sobre sociedades precapitalistas, el naciente imperialismo moderno y la dial茅ctica entre pa铆ses capitalistas centrales y periferia colonial y dependiente.

El par conceptual socialismo/nacionalismo, muchas veces mal avenido en la experiencia latinoamericana del siglo pasado, es una intersecci贸n decisiva de los programas pol铆ticos de transformaci贸n social y liberaci贸n nacional en los pa铆ses perif茅ricos, convertido en piedra de toque de diferencias sustanciales que edificaron las grandes l铆neas pol铆ticas para las alternativas de cambio en nuestro continente. Juan Carlos Portantiero lo plante贸 claramente al referirse a la pol茅mica entre Haya de la Torre y Mella en torno a la estrategia de transformaci贸n revolucionaria a finales de la d茅cada de 1920:

La pol茅mica que a partir de 茅l se abre [el autor se refiere al folleto de Julio Antonio Mella, 驴Qu茅 es el apra?, publicado en 1928] ser谩 un testimonio importante de la lucha ideol贸gica en Am茅rica Latina; un documento de las dificultades existentes para poder articular un pensamiento que sea capaz de sintetizar los problemas democr谩tico-nacionales de la revoluci贸n latinoamericana en el interior de una perspectiva socialista. [聟] Si Haya y el aprismo, como expresi贸n del antimperialismo de las clases medias, al destacar la cuesti贸n nacional, dejaban para un futuro incierto las posibilidades de las transformaciones socialistas, Mella y los partidos comunistas subestimaban ese primer momento democr谩tico-nacional para proyectar su acci贸n pr谩ctica sobre una hipot茅tica revoluci贸n socialista "pura" [2].

Portantiero tambi茅n se detiene, necesariamente, en la participaci贸n de Mari谩tegui en este debate, acentuado por su "deslinde con la ideolog铆a de Haya de la Torre" en 1928-29 y el "decidido partido" tomado por el primero a favor de la alternativa socialista en el "vaiv茅n de la pol茅mica ideol贸gica entre nacionalismo y socialismo como herederos potenciales de la reforma[universitaria]"; sobre las bases de este posicionamiento de Mari谩tegui "todo acuerdo entre el socialismo revolucionario y el antimperialismo de los primeros herederos de la reforma universitaria resultaba imposible y la historia del movimiento del 18 se bifurcaba en dos caminos antag贸nicos" [3].

Contribuir, en lo posible, a suturar esta persistente bifurcaci贸n construyendo un nuevo terreno de desarrollo pol铆tico de las izquierdas - pensadas en t茅rminos abiertos y plurales - ser铆a una de las apuestas categ贸ricas tanto de Aric贸 como de Portantiero en la dif铆cil etapa iniciada con la derrota de las organizaciones armadas y los movimientos populares en Argentina promediando la d茅cada de 1970. Necesariamente supon铆a ahondar mucho m谩s en la exploraci贸n ya iniciada por ambos acerca de la naturaleza de las sociedades nacional-populares; adem谩s aqu铆 germina para ellos otro de los puntos en los que se ejerci贸 el valor referencial de Gramsci: "[聟] creo que Gramsci, - dice Aric贸 - de un modo u otro, instala toda su reflexi贸n en una realidad que 茅l caracteriza como nacional-popular. Y pienso que las sociedades latinoamericanas son, esencialmente, nacionales-populares. O sea, que todav铆a viven con vigor el problema de si son o no naciones" [4]. Este ejercicio de nuevos dise帽os pol铆ticos contemplaba volver a pensar la espec铆fica experiencia del peronismo en el pa铆s del Plata [5]. Esta elaboraci贸n fue avanzando y complejiz谩ndose m谩s con la asunci贸n de la dimensi贸n "democr谩tica" como horizonte necesario y estrat茅gico del socialismo, entendi茅ndose la democracia como sistema pol铆tico y como forma de convivencia y organizaci贸n de la sociedad y no s贸lo como la dimensi贸n hist贸rico-estructural de las tareas hist贸ricas de la burgues铆a, como se presentaba en el marxismo cl谩sico y, en particular, en la matriz leninista.

Este proceso que podr铆amos llamar de "social-democratizaci贸n" del pensamiento y la acci贸n pol铆tica tanto de Aric贸 y Portantiero como del grupo del que eran principales referentes, no fue sencillo ni demasiado r谩pido, ya que se desarroll贸 a lo largo del exilio en M茅xico entre 1976 y 1983 [6]. Abarc贸 la reflexi贸n cr铆tica acerca de la derrota del momento revolucionario rupturista de la experiencia del Cono Sur, y especialmente la argentina, la indagaci贸n del propio pasado comunista y el balance del "socialismo real", la asimilaci贸n de la revisi贸n de largo plazo iniciada en el XX掳 Congreso del Partido Comunista de la Uni贸n Sovi茅tica (1957), la absorci贸n de la experiencia europea occidental del socialismo y el marxismo, especialmente la italiana - tambi茅n la del "eurocomunismo" -, el di谩logo con otros grupos intelectuales y pol铆ticos de exiliados en M茅xico y con los comunistas y socialistas mexicanos con similares fogueos, el inicio de los "procesos de transici贸n" a la democracia en Am茅rica Latina (tambi茅n en Espa帽a) y las expectativas de un nuevo protagonismo pol铆tico en ese proceso, tal como efectivamente aconteci贸 en la d茅cada de 1980 y el gobierno de Ra煤l Alfons铆n. La derrota del peronismo por el pol铆tico radical en octubre de 1983 fue un hecho decisivo en la confirmaci贸n de este camino, porque cre贸 una din谩mica en la que la tensi贸n exigida por la funci贸n de "consejero del pr铆ncipe" - todo lo relativizada que se quiera en el caso de Aric贸, m谩s decidida y clara en el de Portantiero - y la animaci贸n de un polo intelectual socialista, en el marco de la dif铆cil confrontaci贸n con un peronismo derrotado pero desafiante y enconado opositor, les nubl贸 cada vez m谩s el espacio de reflexi贸n precisamente sobre ese peronismo y el mundo obrero mayoritariamente encauzado por 茅l. Es cierto, sin embargo, que el di谩logo prosigui贸 y de alguna manera estuvo presente en el desarrollo de la llamada "renovaci贸n" del peronismo a mediados de la d茅cada de 1980 [7].

Podemos tambi茅n agregar que la presencia dominante de la concepci贸n de Gramsci acerca de la "hegemon铆a" y la fuerte apelaci贸n societaria que conlleva fue la herramienta fundamental de la evoluci贸n pol铆tica se帽alada [8]. La centralidad de la sociedad civil es tambi茅n la clave de la interpretaci贸n de los escritos de Marx acerca de Am茅rica Latina, motivo vertebrador del libro que prologamos aqu铆, lo cual permite ubicar precisamente la preocupaci贸n por este nuevo 谩mbito te贸rico a partir de 1977. Es necesario subrayar este desplazamiento respecto de los puntos privilegiados en la lectura de Gramsci, que en los a帽os anteriores -especialmente despu茅s del Cordobazo en 1969, y con la experiencia de los sindicatos obreros de la industria del autom贸vil (Sitrac-Sitram, Smata en Fiat y Renault, en C贸rdoba) y otros en el momento del auge de la combatividad obrera en Argentina (1969-1973) - se focalizaba en la experiencia de los consejos y la autonom铆a obrera expresada por L聮Ordine Nuovo en el bienio rojo turin茅s. Hay en el Aric贸 maduro una fuerte disposici贸n a escuchar los argumentos societarios, adversativos al an谩lisis que privilegia la acci贸n estatal, y por ende muy emp谩tico de las cr铆ticas de Marx a la filosof铆a del derecho y del estado de Hegel, uno de los puntos medulares de la argumentaci贸n en Marx y Am茅rica Latina. Esto debe ser tomado en cuenta en la medida en que permiti贸 al autor afinar su escucha a la argumentaci贸n de Marx y lo habilit贸 para acceder a una clave b谩sica de interpretaci贸n de la adversa biograf铆a del Libertador escrita por aqu茅l.

Marx y Am茅rica Latina est谩 concebido y escrito en el contexto pol铆tico y te贸rico descripto, es un acontecimiento central en el proceso que indicamos en la medida en que marca una proyecci贸n importante de su autor, aunque dista mucho de presentar en su inspiraci贸n y en su mismo desarrollo el punto de llegada de 1983, a mi juicio ya completamente madurado y expuesto por primera vez en la entrevista otorgada en marzo de ese a帽o por Aric贸, significativamente titulada "Am茅rica Latina: el destino se llama democracia" y publicada un mes despu茅s en la Revista de la Universidad de M茅xico [9]. Aric贸 muestra all铆 una extrema disposici贸n al di谩logo virtual con Octavio Paz, se帽ala la completa pertinencia de la agenda se帽alada por el poeta y ensayista mexicano tanto en los asuntos de la cultura como en la pol铆tica, y lo muestra como un camino de reconstituci贸n necesario para la izquierda latinoamericana. Es interesante subrayar que la entrevista fue hecha en el momento de recepci贸n de la segunda edici贸n, ya mexicana, del Marx y Am茅rica Latina, y significativamente se public贸 junto con una extensa rese帽a-comentario del libro [10]. Pocos d铆as despu茅s Aric贸 leer铆a en Tr茅veris una s铆ntesis de su libro en el homenaje al centenario del fallecimiento de Marx [11].

***

Aric贸 sol铆a decir que las teor铆as son puestas a prueba precisamente "en sus punto de fuga", y efectivamente la problem谩tica de este libro pone en cuesti贸n aspectos decisivos de la teor铆a marxista, especialmente la naturaleza y la autonom铆a de lo pol铆tico. A煤n m谩s: se pone en juego la inteligibilidad de lo hist贸rico-pol铆tico, la posibilidad de una fenomenolog铆a de la historicidad pol铆tica que supere lo f谩ctico aleatorio, la trivialidad de lo fortuito. La trama se organiza alrededor de la pol茅mica biograf铆a de Bol铆var elaborada por Marx, un problema que se remonta a la publicaci贸n de ese texto en traducci贸n castellana por An铆bal Ponce en el primer n煤mero de su revista Dial茅ctica en marzo de 1936 [12]. De all铆 en m谩s, el contenido de las afirmaciones de Marx y la pasi贸n de su diatriba generaron por d茅cadas un intenso debate que se reactualiza constantemente, cuya historia no est谩 completamente recuperada y que a pesar de su vieja data no pudo desembarazarse de una densa red de equ铆vocos que con intencionalidades conjeturadas o evidentes oscurecen su dilucidaci贸n y, lo que es m谩s, su verdadera significaci贸n. Ponce mismo, en sus "Comentarios marginales" al texto de Marx afirmaba de Bol铆var:

Terrateniente, hacendado, propietario de minas y de esclavos, Bol铆var no solo interpret贸 los intereses de su聽clase, sino que los defendi贸 contra la peque帽a burgues铆a liberal y las todav铆a inconsistentes masas populares. Apoyado por聽Inglaterra, al igual que todos los restantes revolucionarios del continente, es dif铆cil comprender como Bol铆var puede servir honradamente al llamado "bolivarismo" democr谩tico y antiimperialista.

La dureza del juicio de Ponce no s贸lo se apoyaba en el texto de Marx o lo utilizaba en t茅rminos de una disputa pol铆tica m谩s inmediata con Haya de la Torre y Vasconcelos, como se帽ala Kohan: era todo un esquema de interpretaci贸n del curso de la historia el que all铆 se jugaba, fundamentalmente el de la "maduraci贸n" de las condiciones objetivas para los procesos hist贸ricos progresivos, coincidiendo con la historiograf铆a sovi茅tica de la 茅poca [13]. Este esquema hist贸rico es el principal antagonista te贸rico de Aric贸 en la proyecci贸n m谩s amplia de su elaboraci贸n en torno al texto de Marx.

Han pasado treinta a帽os desde la publicaci贸n de Marx y Am茅rica Latina y ha variado definitivamente el escenario en el que este libro fue escrito; es m谩s, la centralidad del marxismo en las interpretaciones de la sociedad se ha desvanecido y ciertas formas de pensar y practicar el socialismo - la Uni贸n Sovi茅tica era una de las dos superpotencias del planeta - son ya s贸lo materia de la historia. Sin embargo, el texto de Aric贸 sigue siendo una referencia insoslayable. La distancia provista tanto por el tiempo como por el cambio trascendental de circunstancias acontecido entre su aparici贸n y el presente no es obst谩culo para que siga suscitando comentarios y argumentos de la m谩s diversa 铆ndole y su referencialidad es de tal condici贸n que puede ser ya considerado un cl谩sico del pensamiento latinoamericano. Un elemento que hoy adquiere mucho sentido - cuando la significaci贸n de Aric贸 en el desarrollo del pensamiento transformador latinoamericano es m谩s reconocida que nunca - es dilucidar el lugar del libro en su producci贸n pol铆tica e intelectual y las l铆neas m谩s generales de su recepci贸n, como una contribuci贸n a una lectura m谩s compleja y rica, en la desafiante coyuntura pol铆tica y social actual.

En el texto de Aric贸 se entrelazan dos niveles de reflexi贸n diferenciados, org谩nicamente ligados en el tratamiento del problema abordado pero f谩cilmente discernibles. Primero, el tema de la forma asumida por la presencia de Am茅rica Latina en la obra de Marx, caracterizada por elementos singulares cuya g茅nesis y sentido es una l铆nea cardinal del desarrollo del libro. Segundo, la crisis del marxismo, cuesti贸n contempor谩nea a su elaboraci贸n tanto en Europa como en Am茅rica Latina. La compleja vinculaci贸n de los dos planos se realiza a trav茅s del m茅todo utilizado por el autor para llevar adelante su trabajo. Estamos frente a un marxista que considera los textos de Marx desde una perspectiva cr铆tica, y que asume que esa criticidad constituye lo medular de la propuesta intelectual y metodol贸gica del propio Marx, alej谩ndose de la concepci贸n que hace del corpus te贸rico del autor de El capital un sistema cient铆fico, cerrado y definitivo [14]. Aric贸 aborda los textos de Marx a trav茅s de lo que llama lectura contextual, un trabajo en Marx, y en este punto advertimos que el postulado metodol贸gico de Aric贸 lo convierte en un temprano exponente de lo que m谩s tarde ser铆a en el terreno acad茅mico argentino y latinoamericano la exitosa historia intelectual. Se muestra un camino de reflexi贸n, una forma de an谩lisis y una concepci贸n global del marxismo como corriente del pensamiento social integrante de pleno derecho en el mundo contempor谩neo. Este reconocimiento del papel y la presencia te贸rica y pol铆tica del marxismo pasa a constituirse en el otro eje sustantivo del libro.

Las posiciones planteadas por Aric贸 en este terreno conformaron una propuesta significativa y de resonancia dentro del dificultoso proceso de la izquierda latinoamericana a mediados de los a帽os ochenta en pos de una recomposici贸n te贸rica, ideol贸gica y pol铆tica. En esta operaci贸n reside una de las calificaciones m谩s interesantes del libro que nos ocupa: Aric贸 no pontifica la vigencia del marxismo como la del sistema que contiene las claves del sentido de la historia y, mediante ese poder, la llave del derrotero del movimiento social de transformaci贸n de la realidad en una direcci贸n progresiva. El suyo es un posicionamiento pol茅mico, en la medida en que manifiesta la g茅nesis e historicidad de la "positivizaci贸n" acr铆tica de la propuesta te贸rica y pol铆tica de Marx en la teor铆a y en la pr谩ctica tanto de la II Internacional de la socialdemocracia como de la III Internacional comunista, en particular en el per铆odo estalinista. Su fuerza radica en la puesta en acto de una concepci贸n epistemol贸gica dial茅ctica y de un lugar te贸rico que supera en sus alcances el tema concreto investigado. Es se帽alar una actitud te贸rica y un m茅todo de abordaje a una situaci贸n que exig铆a audacia intelectual y esp铆ritu pol铆tico creativo.

驴Cu谩l es el objeto de investigaci贸n planteado inicialmente, que funciona como disparador de todo el an谩lisis? Aric贸 se ocupa de la forma en que Am茅rica Latina aparece en la obra de Marx - ejemplificada por las referencias a la guerra de M茅xico con Estados Unidos en 1847 o en el panfleto desmedidamente negativo sobre la figura de Bol铆var - que para el autor no puede explicarse a partir de lo dicho, que fue el camino intentado por todos los que hasta ese momento se hab铆an abocado al problema. La clave para la dilucidaci贸n de la cuesti贸n est谩 en la forma en que Am茅rica Latina no aparece en esos textos, en la manera en que se constituy贸 en una "realidad soslayada". El camino se construye, entonces, en la contextualizaci贸n de los textos de Marx acerca de Am茅rica Latina, confront谩ndolos con los que paralelamente iba dedicando a China, Turqu铆a, Rusia, Irlanda, Espa帽a, esos textos en los que con un despliegue te贸rico y metodol贸gico sorprendentemente incisivo y radicalmente innovador - no s贸lo respecto de lo que se dec铆a contempor谩neamente sino, y sobre todo, respecto a los propios postulados de Marx de todo el per铆odo anterior - daba cuenta del fen贸meno del asiatismo, de las peculiaridades de la formaci贸n de los estados, y abordaba con nuevas bases el fen贸meno nacional. La compleja relaci贸n entre presencias y ausencias de determinados puntos de vista en el tratamiento de procesos en cierta medida semejantes no puede ser resuelta, por lo tanto, apelando a categorizaciones condicionantes de la obra de Marx en un sentido general - tal es la noci贸n de europe铆smo, por cierto tan frecuentemente utilizada en Am茅rica Latina para descalificar al marxismo y al socialismo en general - sino solamente a trav茅s de la lectura contextual mediante la cual un texto alumbra a otro, ambos se cuestionan, abren fisuras e intersticios de interpretaci贸n y fomentan una asimilaci贸n radical de un pensamiento en desarrollo, en construcci贸n permanente, abierto, refractario a cualquier congelamiento sistematizador, precisamente "asistem谩tico" en sus fundamentos m谩s esenciales [15]. En resumen, Aric贸 plantea que si Marx en un texto es europe铆sta y en otro escrito contempor谩neo no lo es, evidentemente la explicaci贸n debe situarse en otro sitio que el de esa supuesta limitaci贸n. No se trata de la escasa importancia de la tem谩tica de Am茅rica Latina en la obra de Marx - finalmente los textos no son tan m铆nimos ni escasos [16] - sino del permanente prejuicio con el que se la trata. El enigma debe encontrar su soluci贸n en otra dimensi贸n del universo mental de Marx: la pol铆tica.

En efecto, Aric贸 no solamente cuestiona que el pensamiento de Marx haya quedado aprisionado en presupuestos te贸ricos de matriz hegeliana que le hubieran impedido enfrentarse al fen贸meno complejo de la universalizaci贸n del capitalismo y la necesidad de un capitalismo "industrial" frente a un capitalismo "colonial" que lo complementa y que es funcional a las necesidades y presupuestos del primero, sino que esta estrecha relaci贸n de naturaleza org谩nica avanz贸 en la teor铆a de Marx a la concreci贸n de planteamientos muy significativos en cuanto al papel del mundo colonial oprimido en el proceso de liberaci贸n social. Esto se hizo muy visible en sus reflexiones en torno a Irlanda [17]. Nada de esto se encuentra presente en los an谩lisis dedicados a Am茅rica Latina: por el contrario, en estos textos se expresan los m谩s toscos prejuicios y una b谩sica incomprensi贸n de la importancia de la Guerra de Independencia y del tumultuoso y enmara帽ado proceso de construcci贸n de m谩s de una docena de nuevos estados nacionales, por cierto in茅dito en la moderna historia mundial. Si Marx logr贸 elaborar te贸ricamente la "autonom铆a" del campo nacional, "desde la cual, y s贸lo desde la cual, puede pensarse el problema de la revoluci贸n social en t茅rminos concretos o, dicho de otro modo, el problema de las posibilidades concretas de conjunci贸n del combate por la emancipaci贸n nacional con el proceso de la lucha de clases" [18], entonces super贸 completamente los presupuestos euroc茅ntricos tan visibles en el momento de su elaboraci贸n te贸rica marcado por las revoluciones de 1848. La opini贸n de Aric贸 se redondea: "[聟] nuestra tesis es que no fue la 聭superficialidad聮 del periodista ni el 聭desconocimiento聮 del historiador, ni las limitaciones del 聭metod贸logo聮, ni finalmente el desprecio del 聭eurocentrista聮, las que pueden explicarnos la parad贸jica actitud de Marx frente a Am茅rica Latina. Todas estas limitaciones pudieron emerger y desvirtuar sus reflexiones porque una previa y prejuiciosa actitud pol铆tica obnubil贸 su mirada" [19].

Este prejuicio pol铆tico tan acentuado en Marx motiv贸 la reaparici贸n en su pensamiento de la idea hegeliana de "pueblos sin historia" - en un momento de evidente superaci贸n de ese concepto en otras 谩reas de an谩lisis - como la base de su caracterizaci贸n del proceso en la Am茅rica espa帽ola, es decir la consideraci贸n de los pueblos latinoamericanos como conglomerados humanos carentes de madurez y, podr铆amos decir, de la "masa cr铆tica" necesaria para la constituci贸n de la naci贸n legitimada en sus derechos de existencia [20]. Y paralelamente al retorno de esta idea hegeliana, se reaviv贸 tambi茅n su aversi贸n al postulado de Hegel acerca del papel del Estado como instancia preexistente y productora de la sociedad civil. En la medida en que el presupuesto era la inexistencia de la naci贸n Marx no pod铆a ver los procesos en curso en Am茅rica Latina a partir de la independencia de otra forma que como presencia omn铆moda y no racional - tambi茅n en el sentido fuerte hegeliano - del Estado sobre los esbozos de sociedad civil. Procesos en los que, adem谩s y sobre todo, el Estado cumpl铆a un papel decisivo en cuanto al moldeamiento de la sociedad. Marx, seg煤n Aric贸, no pudo observar en ellos "la presencia de una lucha de clases definitoria de su movimiento real y por tanto fundante de su sistematizaci贸n l贸gico-hist贸rica" [21], y a partir de esto no pod铆a categorizar correctamente esta realidad que se le aparec铆a como en estado magm谩tico. Acordada la presencia de un prejuicio pol铆tico, y no de un impedimento te贸rico en la visi贸n de Marx, resulta importante identificarlo. Aric贸 piensa que las condiciones de constituci贸n de los estados latinoamericanos a las que nos hemos referido, y las primeras etapas de su desarrollo independiente, eran tan exc茅ntricas a los postulados de Marx respecto a la relaci贸n entre Estado y sociedad civil - a partir de la refutaci贸n del principio hegeliano de la primac铆a otorgada al Estado - que lo condujeron a "excluir" de su pensamiento "una realidad que se presentaba ante sus ojos como la potenciaci贸n sin contrapartida del bonapartismo y la reacci贸n europea" [22]. Es en este punto en el que se encuentra localizada la ra铆z del prejuicio de Marx que le vel贸 toda posibilidad de comprender un fen贸meno como el de Gaspar Rodr铆guez de Francia en el Paraguay, y el m谩s expl铆cito caso de un equ铆voco expl铆cito y rotundo: la figura hist贸rica del Libertador Bol铆var, cuya identificaci贸n con el tipo de dictador bonapartista - pintado con los colores m谩s viles - es transparente.

Nos encontramos en este punto con un tema central de la obra hist贸rico-pol铆tica de Marx, que lo acompa帽贸 toda su vida y que fue motivo de algunas de sus reflexiones m谩s decisivas e influyentes: la Revoluci贸n Francesa [23]. El camino de Marx hacia la Revoluci贸n Francesa fue el de la cr铆tica al concepto de Hegel acerca del Estado, para quien no puede ser "un producto aleatorio de lo social", tal como aparec铆a en la elaboraci贸n de Von Ranke, quien pretend铆a fundar el estado en la costumbre, en la misma pr谩ctica hist贸rica. Tanto para Hegel como para Guizot, el problema de la estabilizaci贸n pol铆tica era el asunto por excelencia del per铆odo de la Restauraci贸n, "el problema que la 茅poca debe resolver". Para Hegel, el Estado es una totalidad que engloba y rebasa a la sociedad civil; el Estado constituye la figura principal de la historia y la realizaci贸n de la Idea. Como bien afirma Furet: "En Marx ocurre al rev茅s, por efecto de la inversi贸n feuerbachiana. Existe una prioridad de la sociedad civil sobre el estado, y es esta misma prioridad la que constituye por excelencia la modernidad" [24]. Sin embargo, aqu铆 nos encontramos con ciertas perplejidades de Marx frente al curso concreto de la historia: con Napole贸n el Estado recobra cierta autonom铆a frente a la sociedad civil, despu茅s del 18 Brumario, el futuro emperador reencuentra el sentido del Terror, la autonom铆a de lo pol铆tico frente a la f茅rrea determinaci贸n de lo social. O sea, para el "joven" Marx, el de 1843-44, de alguna manera la historia espec铆fica de la Revoluci贸n Francesa proviene de la dial茅ctica entre Estado y sociedad civil. Dice Furet: "En este sentido, y en su propio vocabulario, Marx imagina una historia de la Revoluci贸n muy semejante a la de Guizot: fundada sobre la primac铆a final de lo social sobre lo pol铆tico y concebida como una inevitable reapropiaci贸n del Estado por parte de la burgues铆a, seg煤n la verdad de la sociedad civil, tras los episodios del Terror, el Imperio y la Restauraci贸n" [25]. El escrito de Marx sobre Bol铆var no ser铆a entonces una excepci贸n, a lo sumo un exabrupto, que se inscribir铆a en este terreno vedado a su teor铆a: la riqueza de lo pol铆tico, la vida en la historia. Bol铆var es una bufonada, al igual que Luis Napole贸n, mientras que el Emperador, "el t铆o del sobrino", invirtiendo la c茅lebre iron铆a, en el fondo no lo ser铆a menos, aunque s贸lo estar谩 revestido por la majestad y la fuerza de lo original frente a la fantochada de lo d茅j脿 vu.

El problema para Marx es entonces 驴c贸mo establecer el grado de autonom铆a de lo pol铆tico, c贸mo aceptar el esc谩ndalo de los "estados de excepci贸n", de la subordinaci贸n de la clase dominante a su propio Estado, el que deber铆a gerenciar sus intereses sobre toda la sociedad? [26] En suma, como restablecer la narrativa "normal" presupuesta por la teor铆a, frente a lo multiforme e inesperado de los sucesos hist贸ricos. La imagen poderosa de la farsa reemplazando a la tragedia, en El dieciocho Brumario le ofrece la coartada para aceptar la mediaci贸n de lo pol铆tico y el Estado que introduce su opacidad respecto de la pura dominaci贸n de clase, lo que sin embargo no puede ocultar que desde el mism铆simo joven Marx "su pensamiento incluye ya esa determinaci贸n de lo pol铆tico por lo social (o mejor dicho, por lo econ贸mico-social), cuyas paradojas no cesar谩 de justificar durante toda su vida, en particular en sus trabajos sobre el siglo XIX franc茅s" [27]. Furet llega a afirmar que Marx niega la autonom铆a de la historia pol铆tica, y que en muchas oportunidades el "societalismo" de Marx se convierte en un sociologismo vulgar. La fuerza y superioridad del razonamiento de Aric贸, efectuado adem谩s casi una d茅cada antes que el libro de Furet, radica en que encuentra la v铆a de la formulaci贸n de Marx en el terreno de la revoluci贸n: la superaci贸n de la frustraci贸n de 1848, la nueva caracterizaci贸n de la burgues铆a como contrarrevolucionaria, la constituci贸n del nuevo sujeto hist贸rico de la transformaci贸n social y la parici贸n del giro copernicano: la fuerza revolucionaria de los movimientos nacionales de los pa铆ses oprimidos por el imperialismo. La superaci贸n del europe铆smo se da por la v铆a pol铆tica, por la restauraci贸n de un pensamiento acerca de la autonom铆a de lo pol铆tico, superaci贸n del sociologismo, y v铆a regia hacia las posteriores elaboraciones de Lenin y las corrientes marxistas revolucionarias del siglo XX. En buena medida, podr铆amos decir que toda la obra de Aric贸 ha girado en torno y tiene como hilo conductor una plena restauraci贸n de la autonom铆a de lo pol铆tico, de la legitimidad de su estatus te贸rico en el cuerpo de la tradici贸n marxista.

El an谩lisis sistem谩tico de las reflexiones de Marx sobre Am茅rica Latina y acerca de la naturaleza del impedimento que le cancel贸 la posibilidad de ver aqu铆 lo que fue capaz de observar en Asia, en Irlanda o en Espa帽a, est谩 fundamentado en una serie de proposiciones que constituyen puntos nodales de la reflexi贸n de Aric贸 sobre la obra de Marx y sobre el marxismo. Sintetizadas un tanto esquem谩ticamente, son las siguientes:

Primero: el pensamiento de Marx no constituye un sistema a la manera de Hegel, sino que est谩 conformado por una multiplicidad de n煤cleos te贸ricos y una sucesi贸n e intercalaci贸n de problem谩ticas, metodolog铆as y resultados cuya evoluci贸n es rastreable a lo largo de toda su obra.

Segundo: no existen en la obra de Marx textos privilegiados, "cient铆ficos", y textos desechables. Aric贸 no trabaja con una distinci贸n y jerarquizaci贸n de textos a la manera de Althusser, aunque en cierto sentido existe en 茅l la preocupaci贸n por resaltar e inquirir en aquellos trabajos de Marx "desconocidos", no tomados seriamente en cuenta en la tradici贸n anterior del marxismo - el ejemplo paradigm谩tico ser铆an los Grundrisse -, que no entraron n la constituci贸n del "sistema" can贸nico marxista fijado por la II y posteriormente por la III Internacional. Los textos "pol铆ticos" de Marx, aquellos dedicados al estudio de la realidad internacional a partir de los a帽os cincuenta - hasta ese momento singularmente devaluados como escritos "ocasionales", period铆sticos o profesionales, muchos de ellos surgidos de los apremios econ贸micos de Marx, pane lucrando, y por ello sin la envergadura como para integrar el corpus ligado al "verdadero" desarrollo de la "ciencia de la historia" - adquieren para Aric贸 importancia como reveladores de las fracturas, discontinuidades, nuevos rumbos y preocupaciones, que subrayan por un lado la problematicidad de una interpretaci贸n "sist茅mica" y por el otro establecen una distinta periodizaci贸n de su obra. Inclusive, fundan la posibilidad de avanzar mucho m谩s en la consideraci贸n de una teor铆a de la pol铆tica, lo pol铆tico y el Estado moderno, por largo tiempo considerada una zona "inacabada", "poco desarrollada" o "inexistente" en la producci贸n del autor de El capital.

Tercero: en este sentido se presenta en el trabajo de Aric贸 una periodizaci贸n impl铆cita de la obra de Marx que ubica una quiebra profunda, una discontinuidad radical, entre un Marx todav铆a "europe铆sta", un Marx convencido del sentido de progreso del que ser铆a portador el mundo burgu茅s - muchas interpretaciones de El manifiesto comunista han subrayado este aspecto, tambi茅n presente en los art铆culos acerca de la dominaci贸n brit谩nica en la India e inclusive en determinados pasajes de El capital - y las preocupaciones cada vez m谩s acuciantes en su pensamiento a partir de finales de la d茅cada de 1850, en torno a los problemas generados por las consecuencias del desarrollo del capitalismo, su presencia en el mundo colonial, la emergencia de las luchas nacionales, las relaciones complejas entre "cuesti贸n nacional" y lucha de clases. Esta discontinuidad alcanza su punto de quiebre - para Aric贸 - en los escritos acerca de la cuesti贸n irlandesa en torno al a帽o 1867, en los que se produce una inversi贸n trascendental en el nivel de la categorizaci贸n de la ruptura revolucionaria y su agente social: el proletariado ingl茅s no ser铆a el liberador de Irlanda, sino que la lucha nacional de los irlandeses ser铆a el presupuesto de la liberaci贸n social de Inglaterra [28]. Esta evoluci贸n es subrayada por Aric贸 como una verdadera revoluci贸n copernicana en el pensamiento pol铆tico de Marx, acentuada luego - en la d茅cada de los setenta - por el estudio de los problemas concernientes a la comuna rural rusa y sus potencialidades para serla base de un desarrollo no capitalista, que altera todo el cuadro de la evoluci贸n "necesaria" de las sociedades asignado a Marx, con toda su carga de premisas positivistas.

Cuarto: la existencia de una radical diferencia te贸rica entre Marx y Engels, reflejada muy sensiblemente en el plano de la cuesti贸n nacional, cuyas consecuencias han sido muy importantes en la medida en que el segundo habr铆a contribuido muy eficazmente en la tarea - culminada por Kautsky - de sistematizar a Marx y convertirlo en el paradigma org谩nico del movimiento obrero europeo, con cargas positivistas y eurocentristas cuyas consecuencias de largo alcance fueron muy negativas para el desarrollo del movimiento socialista especialmente en los pa铆ses coloniales y perif茅ricos. Estas diferencias entre Marx y Engels fueron subrayadas continuamente por el marxismo cr铆tico de los a帽os sesenta y setenta, y Aric贸 se hace part铆cipe de ellas. Sin embargo, Alvin Gouldner las relativiz贸 haciendo extensivo al mismo Marx los problemas se帽alados [29].

Quinto: una nota b谩sica en la interpretaci贸n de Aric贸 es la de subrayar la discontinuidad entre el pensamiento de Marx y el sistema hegeliano, y la cabal refutaci贸n por su parte de un "historicismo" de corte genetista en la teor铆a de Marx, lo que revela que en ciertos niveles de su trabajo Aric贸 estaba influido por la lectura de Althusser, aunque por cierto de manera filtrada y compleja, b谩sicamente por la permanentemente presente dimensi贸n gramsciana.

Finalmente, debemos se帽alar que Aric贸 efect煤a una distinci贸n n铆tida entre Marx y el "marxismo", entre la obra abierta de un pensador ya "cl谩sico" con sus m煤ltiples posibilidades de lecturas e interpretaciones y el desarrollo del marxismo como teor铆a sustantiva del movimiento socialista, aunque no 煤nica ya que en 茅l coexisten diversas tradiciones te贸ricas y pol铆ticas. La concepci贸n fundamental de Aric贸 en este punto esencial reside en la idea de la conexi贸n org谩nica de la teor铆a con la realidad social, por supuesto que rechazando a la vez el mecanicismo esquem谩tico de una relaci贸n entre "estructura" y "superestructura", resultante de una absolutizaci贸n te贸rica de una imagen ret贸rica de Marx. La conexi贸n que piensa Aric贸 es una ligaz贸n org谩nica, profundamente dial茅ctica, entre sociedad/movimiento social /desarrollo te贸rico, entre los problemas efectivamente planteados por una sociedad, la reflexi贸n sobre ellos y el movimiento pr谩ctico de su resoluci贸n, muy distante de las posiciones althusserianas acerca de la "pr谩ctica te贸rica", que desembocan necesariamente en una metaf铆sica de la teor铆a. Planos relacionados entre s铆, pero que tambi茅n preservan una esfera de autonom铆a relativa. Por ello la urgencia presente en las intervenciones de Aric贸 respecto de una revisi贸n de las relaciones entre la historia del movimiento social y la historia del marxismo, de sus interrelaciones, interdependencias y tambi茅n de sus desajustes y perversiones. De una esclerosis evidente (Luk谩cs hablaba de esto en su 煤ltima entrevista a finales de la d茅cada de 1960) cuya superaci贸n sea motivo de un renacimiento.

***

En la g茅nesis del libro de Aric贸 est谩 presente, de manera importante, la investigaci贸n de Pedro Scaron acerca de los escritos de Marx sobre Am茅rica Latina, que origin贸 la publicaci贸n del Cuaderno de Pasado y Presente con esos textos y los de Engels en 1972 [30]. Conviene aqu铆 sistematizar las opiniones de Scaron que pueden haber sido importantes en el posterior trabajo de Aric贸. En primer lugar la valoraci贸n del escrito "Bol铆var y Ponte", el que para el estudioso uruguayo a pesar de "su desubicaci贸n y sus errores, creemos que se trata de un escrito importante, de un documento ineludible para el estudio del pensamiento marxiano sobre Am茅rica Latina", junto con la afirmaci贸n de que "m谩s importante que como biograf铆a bolivariana[聟] el op煤sculo de Marx tiene un valor propio como documento para el estudio de Marx", tal como lo har铆a Aric贸. Otros elementos de Scaron que luego aparecer谩n en Aric贸 son el se帽alamiento de la relevancia de los escritos "period铆sticos" de Marx, la identificaci贸n de Bol铆var con Napole贸n III, la presencia de los prejuicios de Hegel y, lo m谩s importante, las dificultades de Marx en relaci贸n a la cuesti贸n nacional. Scaron destaca - a diferencia de Aric贸 - la importancia de Engels en el tema nacional, a veces anticip谩ndose a Marx, y en la interesante periodizaci贸n que elabora de las obras de Marx y Engels respecto al tema nacional no se percata del "giro" que Irlanda significar铆a en esas elaboraciones. Por lo dem谩s, las extensas y exhaustivas notas a la biograf铆a de Bol铆var sin duda fueron de absoluta utilidad para el posterior trabajo de Aric贸 [31].

No hay en las entrevistas ni en su correspondencia una referencia directa del propio Aric贸 respecto a la g茅nesis de su libro, ni al proceso de su escritura [32]. Sin embargo, podemos acercarnos a una versi贸n bien documentada del contexto en el que fue surgiendo. Aric贸 estaba ya instalado en la ciudad de M茅xico a fines de 1976, despu茅s de una discutida salida de Buenos Aires en julio de ese a帽o para intercambiar opiniones acerca de la situaci贸n con Arnaldo Orfila Reynal, el fundador y director de la editorial mexicana Siglo Veintiuno, luego del allanamiento y cierre de la sucursal argentina que 茅l dirig铆a por las fuerzas militares en abril de ese a帽o, y la detenci贸n de dos de sus integrantes: Jorge Tula y Alberto D铆az. Finalmente se encarg贸 de importantes tareas en la casa matriz de la editorial Siglo Veintiuno. En una carta a Juan Carlos Torre, Aric贸 menciona su trabajo en la editorial, en la que adem谩s de continuar con la publicaci贸n de los Cuadernos de Pasado y Presente y completar la edici贸n de El capital, se encarg贸 del dise帽o de dos nuevas colecciones: "Biblioteca del Pensamiento Socialista" y "Am茅rica nuestra", esta 煤ltima direccionada a publicar textos capitales de la historia, el pensamiento y la acci贸n pol铆tica de Am茅rica Latina [33]. La presencia de Aric贸 en el dise帽o de "Am茅rica nuestra" no hab铆a sido hasta ahora se帽alada, y resulta un punto de conexi贸n importante con sus preocupaciones latinoamericanistas, intensificadas a partir de su contacto con M茅xico.

Como en muchos otros casos el aflojamiento de las tensiones originadas por la actividad pol铆tica y la represi贸n se reflej贸 en un inmediato registro de un sencillo pero confortable nivel de vida, un cotidiano "vivir modestamente pero bien" [34] novedoso para los militantes pol铆ticos que llegaban a la capital mexicana despu茅s de un largo per铆odo de sobresaltos, penurias y peligros reales, algunos de ellos muy dram谩ticos.

Con el Negro Porta [Juan Carlos Portantiero] vivimos a 50 metros de distancia en un complejo habitacional bastante lindo, con vastos espacios verdes, alberca con agua climatizada, parques, canchas de deportes, etc., etc., al sur de la ciudad, en una zona bastante cercana a la editorial y al nuevo local de la Flacso [la Villa Ol铆mpica, construida como albergue de los atletas para la Olimpiada de 1968, y luego transformada en complejo habitacional]. Yo pensaba que una concentraci贸n semejante podr铆a resultar molesta (adem谩s de nosotros, viven como 10 familias de argentinos conocidos), sin embargo, te confieso que basta la proximidad para que uno pueda pasarse semanas sin ver a nadie. Cosa que no ocurre con el negro con quien nos vemos a diario. El est谩 metido en su curso en la Flacso y en sus proyectos de trabajo. Yo a mi vez trabajo 6 horas en la editorial y aparte llevo un curso de Introducci贸n al pensamiento de Marx en el Colegio de M茅xico [35].

Aric贸 se帽ala el n煤cleo de su preocupaci贸n intelectual, cuyo principio est谩 fechado por 茅l mismo, en la citada carta a Juan Carlos Torre:

Adem谩s sigo empe帽ado en terminar un mamotreto personal que hab铆a comenzado a redactar con bastante 铆mpetu a fines del a帽o pasado [1975] y que desde marzo permanece intocado. Esta semana precisamente he reanudado el trabajo pues me compromet铆 ante Orfila a entreg谩rselo a fines de abril.

O sea, a fines de 1975 Aric贸 hab铆a definido ya lo que ser铆a el n煤cleo de su obra: la preocupaci贸n por el socialismo latinoamericano, su historia en vinculaci贸n con los procesos sociales y pol铆ticos de la clase obrera y otros sectores populares, las complejidades de la recepci贸n te贸rica, cultural y pol铆tica, las dificultades del anclaje y sus variaciones regionales, sus protagonistas. Reiteradamente definir谩 su proyecto con la palabra mamotreto - "libro o legajo muy abultado, principalmente cuando es irregular y deforme", dice la Academia de la Lengua Espa帽ola -, y podemos considerar que lo ocup贸 hasta su muerte tres lustros m谩s tarde, con hitos marcados por la aparici贸n del Mari谩tegui y La cola del diablo, y de escritos en los que retomaba y reescrib铆a constantemente diversos pasajes con nuevos enfoques y perspectivas, variantes importantes o sutiles, pero todas articuladas a esta gran empresa pol铆tica e intelectual, testimoniadas en las numerosas versiones de La hip贸tesis de Justo existentes en su archivo, m谩s una multiplicidad de textos in茅ditos con diversos grados de elaboraci贸n que esperan una edici贸n cr铆tica que los jerarquice, ordene, y a trav茅s de ese proceso, facilite su legibilidad. En ese sentido su obra se asemeja a la de su admirado Gramsci, y buena parte de ella todav铆a espera su editor.

驴De qu茅 se trataba este proyecto? Pong谩moslo en sus propias palabras:

Por mi lado, s贸lo puedo decirte que poco a poco voy organizando mis cosas de modo tal de reiniciar el trabajo en el que estaba metido cuando nos vimos en Buenos Aires. Tuve bastantes problemas y a煤n los sigo teniendo para juntarme con todo el material que hab铆a coleccionado. Y esta situaci贸n me tiene bastante molesto. Entre estos materiales estaban los que hab铆a seleccionado sobre Brasil, que eran bastante[s]. Espero poder traerlos a M茅xico, pero dado tu inter茅s por el asunto y mi obsesi贸n por reiniciar el trabajo quiero apelar a tu gentileza para que me des una manos (sic). Te explico:

Como recordar谩s el volumen (que en el fondo era una recopilaci贸n documental, presentada por una extensa introducci贸n) abarcaba un per铆odo que va de 1919 a 1943. Por razones editoriales, y por varias otras (entre ellas, internas a la propia b煤squeda), deb铆 desdoblar el mamotreto y dedicar un primer volumen a la etapa previa de constituci贸n del "socialismo latinoamericano", desde fines del siglo pasado hasta 1917. Sobre este tema consegu铆 bastantes cosas. Entre otras, fich茅 los trabajos aparecidos en la Die Neue Zeit y en otras publicaciones de la 茅poca. El volumen incorporar谩 los informes presentados en la Segunda Internacional, etc., etc. Luego le seguir谩 un segundo volumen dedicado al per铆odo 1919-1943, al que se le agregar谩 el reprint del congreso del 29. Este es mi plan para una serie especial de la colecci贸n Am茅rica Nuestra que se titular谩 algo as铆 como "Documentos para la historia social latinoamericana". En fin, espero que no sea un puro delirio y que pueda hacerlo [36].

En una carta a Ludolfo Paramio:
Una de las cosas que me siguen perturbando es haber tenido que abandonar en Buenos Aires todas mis herramientas de trabajo. He logrado sacar una cantidad de materiales importantes para seguir la redacci贸n de mi mamotreto. En estos momentos, sigo recopilando materiales sobre la formaci贸n de la izquierda latinoamericana. Si las cosas marchan como pienso es probable que el a帽o que viene pueda dejar listo un primer volumen que se llamar铆a algo as铆 como "la formaci贸n del socialismo latinoamericano". No tiene la pretensi贸n de ser un libro te贸ricamente importante o hist贸ricamente significativo. Simplemente ser谩 una extensa introducci贸n a otra no menos extensa recopilaci贸n de documentos sobre la formaci贸n de los partidos socialistas en latinoam茅rica. Luego, seguir茅 examinando la relaci贸n entre la III Internacional y los ppcc latinoamericanos. Lamentablemente, deb铆 dejar en Buenos Aires todas las obras generales sobre la Tercera Internacional, y eso dificulta bastante el asunto, pues en M茅xico no consigo nada de lo que en Argentina me cost贸 sangre y sudor (y bastantes pesos) conseguir [37].
Otra explicaci贸n de Aric贸, en carta a Leopoldo M谩rmora:
Aparte de mi permanente agradecimiento por lo que est谩s haciendo [b煤squeda de materiales en Alemania y traducciones del alem谩n], quiero recordarte que estoy sumamente apurado por disponer cu谩nto antes de todo el material. Me compromet铆 a terminar mi trabajo a fines de mayo [de 1977], y no puedo hacerlo antes de poder leer todo ese material. [Relata las dificultades con el Instituto de Estudios Sociales de Amsterdam y las fotocopias encargadas]. Mi trabajo avanza con bastante lentitud debido a eso y a otros contratiempos, pero me he propuesto terminarlo cueste lo que cueste, so pena de soportar broncas familiares y burlas sangrientas de los amigos m谩s cercanos. Lo publicar谩 Siglo XXI en una nueva colecci贸n llamada 聭Am茅rica Nuestra聮, pero me apura todos los d铆as para que pueda aparecer en el curso del a帽o. Como creo hab茅rtelo explicado, ser谩n dos vol煤menes, el primero dedicado a la g茅nesis del socialismo latinoamericano y el segundo al movimiento comunista latinoamericano y la Comintern. Recib铆 bastantes materiales y eso me permiti贸 retomar el proyecto, pero me desesperan las cosas que me faltan y que en Argentina o est谩n en mi biblioteca o puedo conseguir r谩pidamente. Por ejemplo: en los primeros n煤meros de La Vanguardia se desarrolla una pol茅mica acerca de la acci贸n pol铆tica de los socialistas. La tengo casi completa, pero me falta un articulejo publicado en el n掳 16 por Ave Lallemant, y yo revis茅 solamente hasta el 15! He pedido ese trabajo a Bs. As. pero dudo que me llegue pues es dif铆cil obligar a los amigos que se quedaron a perder su tiempo en esta nimiedad, m谩s cu谩ndo est谩n ocurriendo las cosas que all铆 ocurren! A veces me da un poco de verg眉enza pedir y pedir desde mi c贸modo sill贸n de M茅xico [聟] [38].
Contin煤a:
Tengo la idea (o mejor dicho, necesito) fichar las referencias a Latinoam茅rica y trabajos sobre los partidos comunistas latinoamericanos en dos publicaciones de la Comintern: La Correspondance Internationale (que se editaba en ruso, franc茅s, alem谩n ingl茅s) y L聮Internationale Communiste (edit. en ruso, alem谩n, ingl茅s, franc茅s y a veces - desde los a帽os 30 - en espa帽ol). Yo pensaba hacer personalmente ese trabajo en un viaje que proyectaba hacer a Europa este a帽o. Lamentablemente mis cosas se han complicado un poco y hasta el a帽o que viene, digamos setiembre de 1978, no podr茅 hacerlo [39].
Las complejidades del proyecto intelectual y las dificultades de lograr la masa de materiales necesarios hace que le trabajo vaya dilat谩ndose. En una carta a Julio Godio, en respuesta a una suya del 27 de abril de 1977, Aric贸 explica largamente esto:
El libro sobre el comunismo en AL no s贸lo no ha sido escrito sino dudo mucho que pueda hacerlo en un plazo m谩s o menos breve. Tengo una virtud particular (que un psicoanalista interpretar铆a f谩cilmente) de meterme en cantidades de cosas que justifican luego la imposibilidad de hacer lo que realmente (驴o aparentemente?) tengo ganas de hacer. [聟]. Sin embargo no todo es como te estoy contando, porque algo hice y quiz谩s dentro de unos pocos meses (digamos dos o tres) pueda entregar a imprenta la primera parte dedicada a Los or铆genes del socialismo latinoamericano (o en Am茅rica Latina, para ser m谩s precisos). Creo haberte dicho que un examen m谩s detenido del tema me oblig贸 a repensar una cantidad de cosas referidas a los antecedentes de las formaciones comunistas en la d茅cada del 20 y deb铆 toparme entonces con el socialismo y el anarquismo en las dos primeras d茅cadas del siglo. El mamotreto I ser谩 inmenso no tanto por lo que yo escribo como por la masa documental, donde puede estar el mayor inter茅s del volumen. Por ejemplo, incorporo todos los trabajos sobre Am茅rica Latina aparecidos en la Neue Zeit (que son bastantes y muchos de ellos interesantes), as铆 como la documentaci贸n sobre la relaci贸n entre los socialistas latinoamericanos y la II Internacional. Te confieso que el trabajo en el que me met铆 me abruma bastante, entre otras cosas por su vastedad y por las limitaciones de mi conocimiento, pero adem谩s y fundamentalmente, porque el terreno de las organizaciones y de las ideas en las que instalo el trabajo, siempre me remite al problema a煤n no indagado del proceso hist贸rico de estructuraci贸n de la clase obrera en Latinoam茅rica. A veces tengo la impresi贸n de ver a marionetas bailando, sin que aparezca claramente la mano que las mueve. Creo que este tema es el que de un modo u otro deber铆amos comenzar a encarar y respecto a esto estamos discutiendo en M茅xico algunas cosas que en otra oportunidad, con m谩s tiempo te comentar茅 [40].
Portantiero ha subrayado la originalidad del planteo de Aric贸, y redondeado el n煤cleo de sentido del Marx y Am茅rica Latina al vincularlo precisamente al conjunto de sus preocupaciones por el papel del marxismo en la formaci贸n del pensamiento social latinoamericano. El sentido cabal de este libro es el de ser le铆do como la gran introducci贸n al mamotreto, al conjunto de su proyecto, ya editado o a煤n in茅dito. La pregunta 驴d贸nde buscar las razones del desencuentro secular entre el socialismo y Am茅rica Latina? tiene ra铆ces intelectuales pero tambi茅n militantes, y se prolongar谩 ya de manera positiva tanto en el libro sobre Mari谩tegui como en el dedicado a Justo, de publicaci贸n p贸stuma, efectuada por el mismo Portantiero [41].

La preparaci贸n y publicaci贸n de Marx y Am茅rica Latina se realiz贸 en medio de un continuo e intenso trabajo intelectual y pol铆tico, marcado fundamentalmente por las elaboraciones y discusiones en torno a la obra de Jos茅 Carlos Mari谩tegui y la relaci贸n con el grupo de intelectuales peruanos reunidos en el Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participaci贸n (cedep) [42]. Las preocupaciones de Aric贸 respecto a Per煤 no eran coyunturales; se hab铆an intensificado por la estimaci贸n que despert贸 en 茅l la experiencia reformista radical de los militares peruanos a partir de 1968 bajo la direcci贸n del general Juan Velasco Alvarado. Es en Per煤 d贸nde se anudan dos de las vertientes de su pensamiento: Gramsci y Mari谩tegui, completadas algo m谩s tarde con Juan B. Justo. Portantiero lo se帽ala adecuadamente:

La desprovincializaci贸n de Mari谩tegui que Aric贸 propuso en el Per煤 de los setenta, le permiti贸 recuperar con fuerza una influencia que, desde joven, marc贸 su derrotero intelectual y pol铆tico: la de Antonio Gramsci, a quien le dedic贸 su 煤ltimo libro. Ambas figuras pod铆an hermanarse en una misma preocupaci贸n: la de ser autores solitarios de un tipo de marxismo a contracorriente, que buscaba asentarse sobre realidades particulares y expresarse en pol铆ticas diferenciadas. En este sentido el聽revival聽de ambos autores en Am茅rica Latina se aliment贸 rec铆procamente: el renacimiento del debate sobre Mari谩tegui hizo irrumpir en el Per煤 la figura de Gramsci, a la vez que en el resto del continente la difusi贸n de 茅ste facilit贸 el descubrimiento de la originalidad del autor de los聽7 Ensayos de interpretaci贸n de la realidad peruana [43].

El clima pol铆tico en Per煤 estaba signado por las discusiones del fin del gobierno de Francisco Morales Berm煤dez (1975-1980), que hab铆a abandonado todas las pretensiones reformistas de Velasco Alvarado y ante las masivas protestas se vio obligado a llamar a una Asamblea Constituyente聽en 1978 y a elecciones presidenciales en 1980. Despu茅s de las elecciones a la Constituyente, en la que el Partido Comunista Peruano y otras organizaciones de izquierda hab铆an obtenido una importante presencia en la Asamblea, se ve铆a como una necesidad la uni贸n de la izquierda; as铆 se configur贸 finalmente Izquierda Unida, que se convirti贸 en los pr贸ximos a帽os en una de las principales fuerzas pol铆ticas del pa铆s.

En diciembre de 1978 se public贸 en la revista Socialismo y participaci贸n de Lima, publicada por el cedep, el art铆culo de Aric贸 acerca de la importancia central de Mari谩tegui en los or铆genes del marxismo latinoamericano [44]. Como le refiri贸 Carlos Franco, el art铆culo se public贸 en el momento en que en la capital peruana arreciaba un debate entre "apristas y 聭mariateguistas聮 y coincidi贸 con la publicaci贸n de varios libros sobre Mari谩tegui". Sin embargo, al decir de Franco el debate fue "mediocre y motivado m谩s bien por la defensa de intereses estrictamente partidarios"; no obstante, subrayaba la recepci贸n positiva lograda por el art铆culo, que sirvi贸 sin duda para despertar expectativas acerca de la interpretaci贸n mariateguiana del ensayista cordob茅s [45].

En efecto, en octubre de 1979 Aric贸 visit贸 Per煤 por primera vez invitado por Sinesio L贸pez a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Cat贸lica a dictar un seminario sobre Marx y el marxismo, extendidas luego a la Universidad de San Marcos. Pero, en palabras de L贸pez,

[...] una vez en el Per煤, Pancho [Aric贸] sugiri贸 dictar un peque帽o curso sobre Mari谩tegui y postergar las exposiciones sobre el marxismo para otra ocasi贸n. Sus charlas mariateguianas dejaron huellas profundas y, sobre todo, dieron origen a productos valiosos. El m谩s brillante de todos fue, sin duda,聽La agon铆a de Mari谩tegui聽de Alberto Flores Galindo [46].

Seg煤n se帽al贸 recientemente Pablo Sandoval, el impacto fue profundo y se extendi贸 al campo de los intelectuales de izquierda que por entonces "hegemonizaban" las ciencias sociales peruanas y trataban de alejarse del marxismo-leninismo. Basta para ello dar una mirada a los art铆culos que public贸 el propio Aric贸 en la revista聽Socialismo y Participaci贸n, a las entrevistas que ofreci贸 a la revista聽Quehacer; pero sobre todo a la influencia que ejerci贸 en intelectuales de izquierda como Sinesio L贸pez, Alberto Adrianz茅n, Carlos Iv谩n Degregori y Rolando Ames, quienes en las p谩ginas de la revista聽Marka, el Diario de聽Marka, su suplemento聽cultural El Caballo Rojo聽y luego en la Revista聽El Zorro de Abajo聽renovaron el pensamiento socialista en el Per煤 [47].聽

El resultado inicial de este intercambio fue el ofrecimiento por parte de Franco de editar trabajos de Aric贸 en Lima, entre los cuales aparece la primera menci贸n de un "art铆culo sobre Marx y Am茅rica Latina", que podr铆a componer un volumen junto con la contribuci贸n sobre Mari谩tegui [48]. Tambi茅n una compleja agenda que inclu铆a el apoyo de suscripciones para Controversia, junto con proyectos para una revista y un foro de discusi贸n latinoamericano y contactos pol铆ticos m煤ltiples [49]. Tambi茅n se avanz贸 en la programaci贸n del Seminario a realizarse a comienzos de 1980 en Culiac谩n (estado de Sinaloa, en M茅xico) sobre Mari谩tegui.

Se produjo una vinculaci贸n con Oscar Ter谩n, muy cercana, y tambi茅n con Oscar del Barco, quien en ese momento hab铆a editado su pol茅mico libro acerca de Lenin.

Posteriormente a la exitosa reuni贸n de Sinaloa, en abril de 1980 el CEDEP aprob贸 la publicaci贸n del libro de Aric贸, junto con el n煤mero especial de Socialismo y participaci贸n dedicado a Mari谩tegui, en el que Aric贸 ten铆a reservado la coordinaci贸n del dossier de documentos, que seg煤n Franco deber铆a ser vista "como producto de tu inter茅s y de tu trabajo de varios a帽os en relaci贸n con Mari谩tegui" [50], adem谩s de una contribuci贸n espec铆fica [51]. En junio de 1980 Franco hab铆a concluido el texto de su presentaci贸n; inmediatamente despu茅s se produjo la aparici贸n del libro y una nueva visita de Aric贸 a Lima para promoverlo y dictar conferencias, concretada en agosto de 1980.

Una de las primeras rese帽as al libro de Aric贸 apareci贸 en el semanario lime帽o Equis X, en su secci贸n "Caleidoscopio", bajo la firma del escritor Jos茅 B. Adolph [52]. Este trabajo, a pesar de su brevedad y car谩cter period铆stico result贸 uno de los m谩s incisivos entre los producidos tempranamente, fundado en una lectura sagaz en tanto percibe algunos de los principales nudos argumentales de Aric贸, escrita desde una perspectiva que subraya el car谩cter peculiar de la sociedad y la pol铆tica en Latinoam茅rica que constituir铆a el "escollo" de Marx, lo que percibe el autor de la rese帽a: el no querer ver de Marx, la puja entre dos o m谩s Marx. El punto de partida del comentario es tomar el libro en el marco de "la cuesti贸n central del socialismo revolucionario de nuestro tiempo: la de los sujetos (o protagonistas) revolucionarios", junto con la consideraci贸n de la situaci贸n del marxismo latinoamericano, "dogm谩ticamente preso en un anacronismo letal", una verdadera ideolog铆a en su acepci贸n marxista m谩s peyorativa. Adolph identifica al marxismo "como la apoteosis del sistema burgu茅s", en el sentido de que en los pa铆ses latinoamericanos - como parte de los "pa铆ses atrasados" y congruente con un esquema hist贸rico de desarrollo lineal universalmente v谩lido - citando a Aric贸 "se convirti贸 en el fundamento m谩s s贸lido para la aceptaci贸n de la necesidad y progresividad del capitalismo". Reconociendo la importancia de las ideas expresadas en el libro en torno al volteretazo de Marx respecto a su propio esquema lineal con su consideraci贸n del asiatismo o los an谩lisis acerca de Irlanda o la comuna rural rusa, se pregunta sin embargo si esto en lugar de una "correcci贸n" no constituy贸 una "desviaci贸n" del autor de El capital respecto de sus propias ideas fundamentales, motivada b谩sicamente en la defecci贸n hist贸rica del proletariado europeo de su misi贸n revolucionaria. La de Adolph, como vemos, no fue una lectura complaciente: atr谩s de los calificativos "denso" y "apasionante" aplicados a un trabajo pleno de "inteligencia y brillo", el autor de la nota se pregunta no sin mal茅vola iron铆a si no se est谩 avanzando "bajo la ilustre gu铆a del profesor Aric贸 y de otros [聟] por un sendero de desesperaci贸n conceptual y anal铆tica ante la ya secular incapacidad natal del socialismo".

En Lima se produjeron otros comentarios en torno a la aparici贸n del libro y a la entrevista en Marka [53]. El semanario Unidad del Partido Comunista peruano public贸 violentas cr铆ticas contra Aric贸, provenientes de Ricardo Luna Vegas, un prol铆fico comentarista del Amauta [54]. En Marka editaron los dos primeros cap铆tulos del libro [55], y El caballo rojo respondi贸 a los art铆culos de Unidad.

Gabriel Vargas Lozano escribi贸 una rese帽a en El machete [56], revista de los renovadores del Partido Comunista mexicano, iniciando la internacionalizaci贸n de la recepci贸n p煤blica. Una nota de Julio Ortega publicada tambi茅n en M茅xico en julio de 1981 subray贸 b谩sicamente, en un trabajo destinado a mostrar la pujanza de la industria editorial peruana en los tempranos ochenta, que el libro de Aric贸 fue un "ensayo [聟] ampliamente discutido, en justa respuesta a la provocaci贸n y a la hip茅rbole de lectura" que supuso [57]. Destaca la incitaci贸n a una asimilaci贸n latinoamericana del marxismo en la estela de la "temprana s铆ntesis de Mari谩tegui", lo que implica para Ortega la superaci贸n de las lecturas deductivas y no espec铆ficas.

A mediados de 1982 se public贸 la traducci贸n brasile帽a [58] y la segunda edici贸n del Marx y Am茅rica Latina, en M茅xico. Comenzaba s铆 un camino m谩s amplio y extendido y una influencia que no ha cesado.

----------

Horacio Crespo 茅 atualmente professor da Universidade Aut么noma do Estado de Morelos e da Faculdade de Filosofia e Letras da Unam (M茅xico). Texto originalmente publicado como pref谩cio聽de uma nova edi莽茫o do livro de Jos茅 Aric贸. Marx y Am茅rica Latina (Buenos Aires: Fondo de Cultura Econ贸mica, 2010), sob o t铆tulo "El marxismo latinoamericano de Aric贸. La b煤squeda de la autonom铆a de lo pol铆tico en la falla de Marx".

----------

Notas

[1] Aric贸, Jos茅, Marx y Am茅rica Latina, Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participaci贸n (cedep), Lima, 1980. Un a帽o despu茅s se public贸: Franco, Carlos, Del marxismo euroc茅ntrico al marxismo latinoamericano, cedep, Lima, 1981, 112 pp., que es un estudio muy influido por las ideas de Aric贸.

[2] Portantiero, Juan Carlos, Estudiantes y pol铆tica en Am茅rica Latina. El proceso de la reforma universitaria (1918-1938) , Sigo Veintiuno Editores, Colecci贸n Am茅rica Nuestra 17, M茅xico, 1978, pp. 97-98. Los cap铆tulos v "La reforma funda un partido pol铆tico" y vi "Las izquierdas y la reforma universitaria" son importantes para visualizar la opini贸n de Portantiero en ese momento - compartida por Aric贸 - acerca de este crucial tema te贸rico y pol铆tico.

[3] Ib铆dem, p. 100-101.

[4] Aric贸 en marzo de 1983, cf. Crespo, Horacio y Antonio Marim贸n, "Am茅rica Latina: el destino se llama democracia. Entrevista a Jos茅 Aric贸", Revista de la Universidad de M茅xico, Vol. xxxix, Nueva 茅poca, N掳 24, Abril de 1983, p. 39 ( El 茅nfasis es m铆o, h.c.).

[5] La revista Pasado y Presente, en sus dos 茅pocas, fue un espacio para esa reflexi贸n colectiva sobre el peronismo y la estrategia pol铆tica de la revoluci贸n, de la misma manera que la indagaci贸n de Portantiero acerca de los or铆genes del peronismo, cf. Murmis, Miguel y Juan Carlos Portantiero, Estudios sobre los or铆genes del peronismo, Siglo Veintiuno Editores Argentina, Buenos Aires, Edici贸n definitiva 2004, 1陋 edici贸n: 1971. El an谩lisis m谩s importante acerca del tratamiento del peronismo por el grupo Pasado y Presente en su revista se encuentra en un di谩logo entre Carlos Altamirano y el propio Aric贸 en agosto de 1991, recogido luego en el video Jos茅 Aric贸, de Rafael Filipelli, cf. Aric贸, Jos茅, Entrevistas 1974-1991, Presentaci贸n y edici贸n Horacio Crespo, Ediciones del Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de C贸rdoba, C贸rdoba, 1999, pp. 101-111.

[6] Como "grupo" me refiero al nucleado en la Mesa Socialista y el segmento socialista de la revista Controversia en M茅xico, y en el Club de Cultura Socialista de Buenos Aires y la revista La ciudad futura, como los polos de agregaci贸n m谩s visibles. La experiencia de Controversia estuvo dedicada al di谩logo entre socialistas y peronistas cr铆ticos de sus respectivas trayectorias y con el piso com煤n de poder edificar un di谩logo y debate plural, como base para asumir un futuro democr谩tico para Argentina, superador de enfrentamientos fratricidas. Soy consciente de los reparos que se pueden levantar a esta caracterizaci贸n de "socialdem贸crata" - frecuentemente utilizada por los adversarios pol铆ticos de Aric贸, Portantiero y el Club de Cultura Socialista con car谩cter peyorativo - pero creo que contiene el suficiente valor heur铆stico como para sostenerla, desechando los otros agregados sem谩nticos. Una referencia expl铆cita e ir贸nica de ambos a esta caracterizaci贸n y su sentido coyuntural en la d茅cada del ochenta: Aric贸, Entrevistas, pp. 254-255, para su contexto cf. infra, nota 7.

[7] Aunque este asunto excede completamente el marco de este pr贸logo, se pueden ver claramente esas definiciones y dificultades en la mesa redonda entre intelectuales socialistas y peronistas - en la que participaron Aric贸 y Portantiero, Altamirano, Casullo, Carlos Chacho 脕lvarez, entre varios m谩s - publicada posteriormente por la revista Unidos en su n煤mero 6 de agosto de 1985; reproducida en Aric贸, Entrevistas, pp. 253-260. Por supuesto que la fuente m谩s importante para este complejo y todav铆a no demasiado dilucidado asunto es la revista La ciudad futura de esos a帽os.

[8] El llamado Seminario de Morelia reunido en esa ciudad mexicana en 1980 con el auspicio de la unam fue una reuni贸n que marc贸 un punto de condensaci贸n de esta perspectiva te贸rica, y lo que es m谩s importante, de sus relaciones con los proyectos pol铆ticos inmediatos. La lista de sus participantes es muy significativa, en los dos aspectos indicados: Jos茅 Aric贸, Ernesto Laclau, Liliana de Riz, Emilio de 脥pola, Rafael Loyola, Carlos Mart铆nez Assad, Norbert Lechner, Carlos Pereyra, Chantal Mouffe, Jordi Borja, Ludolfo Paramio, Jorge Reverte, Luis Maira, Fernando Fajnzylber, Sergio Zerme帽o, Juan Carlos Portantiero, Jorge B茅jar, Fernando Petkoff, Julio Cotler, Manuel Antonio Garret贸n, Fernando Henrique Cardoso, Regis de Castro Andrade, Ren茅 Antonio Mayorga, Edelberto Torres-Rivas, Pablo Gonz谩lez Casanova, Rolando Cordera y Francisco Delich. El material de esa reuni贸n, prologado por Aric贸, se public贸: Labastida Mart铆n del Campo,聽Julio (coord.), Hegemon铆as y alternativas pol铆ticas en Am茅rica Latina,聽Siglo聽Veintiuno Editores, M茅xico, 1985, 486 pp. Para este tema cf. Burgos, Ra煤l, La interferencia gramsciana en la producci贸n te贸rica y pol铆tica de la izquierda latinoamericana, 1997, http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/gramscia/s/gramscisobre0006.pdf (consulta, abril 2010).

[9] Citada, cf. nota 4.

[10] Aric贸, Jos茅, Marx y Am茅rica Latina, Alianza Editorial Mexicana, M茅xico, 2陋 edici贸n, 1982. El autor agreg贸 un ep铆logo al texto aparecido en Lima en 1980. La rese帽a-comentario: Crespo, Horacio, "Marx y Am茅rica Latina: las ra铆ces de un desencuentro", Revista de la Universidad de M茅xico, vol. xxxix, Nueva 茅poca, n掳 24, abril de 1983, pp. 40-42. Muchos de los argumentos de esa lectura se reproducen en este pr贸logo. La entrevista ocupaba las p谩ginas 35-39 del n煤mero citado, y la redacci贸n de la publicaci贸n presentaba el texto con motivo del centenario de la muerte de Marx y por tratarse Aric贸 de "un te贸rico latinoamericano que desde siempre se ha acercado a los textos del autor de El capital con una actitud cr铆tica, abierta, antidogm谩tica", p. 40. La entrevista fue reproducida luego en Vuelta Sudamericana, vol. i, n掳 2, setiembre de 1986, y a pedido de Danubio Torres Fierro, secretario de redacci贸n de la revista, Aric贸 corrigi贸 algunos aspectos de estilo sin alterar la sustancia del texto. Torres Fierro hab铆a sido secretario de redacci贸n de la Revista de la Universidad de M茅xico en el momento de la publicaci贸n de la entrevista y la rese帽a mencionadas. Extractos extensos de esta entrevista fueron publicados luego en La ciudad futura, n掳 30/31, diciembre de 1991/febrero 1992, en la secci贸n de homenaje a su director-fundador con motivo de su fallecimiento. Finalmente, fue publicada siguiendo el texto completo de Vuelta Sudamericana, en Aric贸, Entrevistas, pp. 17-30.

[11] La ponencia en: Aric贸, Jos茅, "Marx y Am茅rica Latina", en Nueva Sociedad, 66, mayo-junio de 1983, Fundaci贸n Friedrich Ebert.

[12] Dial茅ctica, 1, marzo de 1936, pp. 1-14, traducci贸n del original ingl茅s de Emilio Molina Montes. El texto le hab铆a sido entregado por el director del Instituto Marx-Engels-Lenin de Mosc煤, profesor Adoratsky, en聽febrero聽de 1935.

[13] Kohan, N茅stor, De Ingenieros al Che. Ensayos sobre el marxismo argentino y latinoamericano, Editorial Biblos, Buenos Aires, 2000, p. 73. Oscar Ter谩n sugiere que Ponce se encontraba en una completa revisi贸n de sus posiciones euroc茅ntricas influidas por la herencia de Ingenieros y el positivismo, interrumpida por su temprana muerte en 1938. Posiblemente esto lo habr铆a impulsado a cambiar de opini贸n sobre el "Bol铆var". N茅stor Kohan participa de esta opini贸n.

[14] Un libro decisivo respecto a la distinci贸n entre "marxismo cient铆fico" y "marxismo cr铆tico" y sus derivaciones en la teor铆a: Gouldner, Alvin, Los dos marxismos. Contradicciones y anomal铆as en el desarrollo de la teor铆a, Alianza Editorial, Madrid, 1983, primera y 煤nica publicada de cuatro partes proyectadas de un estudio no concluido dedicado al marxismo. La primera edici贸n en ingl茅s es de 1980, a帽o del fallecimiento del soci贸logo y fil贸sofo neoyorquino, estudioso de Weber y de Marx. Ser谩 interesante explorar en profundidad las correspondencias existentes entre la obra de Gouldner - no marxista - y la de Aric贸 - quien se asum铆a marxista en el sentido de pertenencia a una tradici贸n de pensamiento, quien dec铆a: "hablar de la 聭muerte聮 de Marx me parece tan est煤pido como hablar de la 聭muerte聮 de Arist贸teles", quien sosten铆a su marxismo como "la expresi贸n de una apuesta", como "una toma de partido" por la transformaci贸n de la sociedad, por detener el "apocalipsis" preanunciado por el desarrollo capitalista -; correspondencias, dec铆a, en algunos problemas importantes, como el acento en las "anomal铆as" o "puntos de fuga" de las teor铆as sociales, resultado de caminos intelectuales completamente independientes y sin comunicaci贸n alguna. Inclusive, puede se帽alarse la presencia de un "teoricismo" com煤n, en desmedro de la pr谩ctica como categor铆a esencial de la epistemolog铆a marxista, por cierto mucho m谩s acentuado y cargado de consecuencias en Gouldner.

[15] Sigue siendo irremplazable en este punto la lectura de Del Barco, Oscar, El otro Marx, originalmente publicado como introducci贸n a Marx, Karl, Notas marginales al "Tratado de Econom铆a Pol铆tica" de Adolph Wagner, M茅xico, Cuadernos de Pasado y Presente 97, 1982. Publicado con otros trabajos en El otro Marx, Universidad Aut贸noma de Sinaloa, Culiac谩n, 1983; hay edici贸n reciente, El otro Marx, Editorial Milena Caserola, Buenos Aires, 2009.

[16] El corpus de estos textos se encuentra en: Marx, Karl y Friedrich Engels, Materiales para la historia de Am茅rica Latina, Preparaci贸n, traducci贸n, notas y advertencia de Pedro Scaron, Cuadernos de Pasado y Presente 30, C贸rdoba, 1972, 350 pp.

[17] Los textos acerca de la cuesti贸n irlandesa en Marx, Karl y Friedrich Engels, Imperio y Colonia. Escritos sobre Irlanda, Cuadernos de Pasado y Presente 72, M茅xico, 1979.

[18] Aric贸, Marx y聟, p. 94. Los subrayados de las citas son de J.A.

[19] Ibidem, p. 172.

[20] Aric贸 public贸, preparado para su edici贸n en la 茅poca de elaboraci贸n del Marx y Am茅rica Latina: Rosdolsky,Rom谩n, Friedrich Engels聽y el problema de los pueblos sin historia, Cuadernos Pasado y Presente 88, M茅xico, 1980.聽

[21] Aric贸, Marx y聟, p. 127.

[22] Aric贸, Marx y聟, p. 107.

[23] Los textos de Marx al respecto, ordenados por Lucien Calvi茅, en Furet, Fran莽ois, Marx y la revoluci贸n Francesa, Fondo de Cultura Econ贸mica, M茅xico, 1992 [1陋 ed. francesa, 1986]. A esta compilaci贸n hay que agregar, naturalmente, La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850 (1850), El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (1852) y La guerra civil en Francia (1871).

[24] Furet, Fran莽ois, Marx聟, p. 20. Cf. tambi茅n pp. 16-19.

[25] Ibidem, p. 32.

[26] Esto podr铆a explicar algunas perplejidades de cierto marxismo tributario de esta vertiente de Marx para fundar te贸ricamente el an谩lisis del fascismo, o de los procesos revolucionarios "nacional-populares", y de all铆 la fuerza y riqueza de las contribuciones gramscianas.

[27] Ibidem, p. 33.

[28] Aric贸 tom贸 su tesis del giro del pensamiento de Marx en torno a Irlanda de Renato Levrero, "Marx, Engels y la cuesti贸n nacional", editado como introducci贸n del Cuaderno de Pasado y Presente con los escritos de Marx y Engels sobre Irlanda (cf. supra, nota 16), publicado primeramente en Vento dell'est, n. 26, Edizioni Oriente, Mil谩n, 1972. Tambi茅n: Renato Levrero, Naci贸n, Metr贸poli y Colonias en Marx y Engels, Barcelona, Anagrama, 1975. Un trabajo importante acerca del tema irland茅s: Jim茅nez Ric谩rdez, Rub茅n, "Marx y su teor铆a de la Revoluci贸n para el mundo subdesarrollado", en Cuadernos Pol铆ticos, n. 41, M茅xico, Editorial Era, julio-diciembre de 1984, pp. 4-32.

[29] Gouldner, Los dos marxismos, p谩ssim.

[30] Marx y Engels, Materiales聟, cf. supra, nota 16. Pedro Scaron hab铆a editado ya una colecci贸n de los textos de Marx sobre Am茅rica Latina publicada en Montevideo en 1968 para Cuadernos de Marcha. Seg煤n testimonio de Jorge Tula, fue este trabajo el que origin贸 el inter茅s de Aric贸 por hacer una nueva recopilaci贸n m谩s integral para la colecci贸n de Cuadernos de Pasado y Presente, lo que llev贸 a contactar a Scaron y iniciar una larga y muy fruct铆fera relaci贸n intelectual. Pedro Scaron fue el traductor de El capital y particip贸 en la traducci贸n y edici贸n de los Grundrisse, en las ediciones ideadas y editadas por Aric贸.

[31] Ib铆dem, pp. 99, 13, "A modo de introducci贸n" pp. 5-15, texto y notas al "Bol铆var y Ponte", pp. 76-93 y 105-120 respectivamente.

[32] La correspondencia todav铆a no est谩 ordenada en su totalidad - proceso laborioso y complejo al que estoy abocado actualmente, colaborando con el personal de la Biblioteca Aric贸, para poder ofrecer esos documentos al inter茅s de los investigadores -, por lo que su consulta es todav铆a complicada y no puede afirmarse nada concluyente. Como ya dije, en las cartas del per铆odo que ya han sido ordenadas, no hay referencias - al menos directas - al proceso de g茅nesis y composici贸n del Marx y Am茅rica Latina, cf. Archivo Aric贸, Correspondencia, Cajas 1 y 2, en Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[33] En un art铆culo en homenaje a Arnaldo Orfila y la editorial Siglo Veintiuno afirm贸 Adolfo Casta帽贸n: "Pero m谩s all谩 de las letras, el cat谩logo creado por Arnaldo Orfila y su equipo - compuesto originalmente por Mart铆 Soler, Eugenia Huerta y Elsa Cecilia Frost y luego por Jaime Labastida y Federico 脕lvarez - public贸 una gran cantidad de libros de ciencias sociales, muchos de ellos de corte marxista. Precisamente en este campo la editorial present贸 una nueva traducci贸n de El capital, de Carlos Marx, que tuvo como efecto inmediato que don Wenceslao Roces se pusiera a revisar la suya, publicada por el Fondo". La omisi贸n de Aric贸 en la elaboraci贸n del cat谩logo de Siglo Veintiuno, de por s铆 incomprensible, se ve agravada por lo que s铆 constituye una tergiversaci贸n m谩s flagrante de los hechos: si alguien es responsable central de la inclusi贸n del "marxismo" en esa editorial fue Aric贸. La nueva traducci贸n de El capital, al igual que la de los Grundrisse (por primera vez en castellano) - de ambos t铆tulos se han vendido decenas de millares de ejemplares - fue una iniciativa llevada adelante en Buenos Aires, bajo la inspiraci贸n y direcci贸n de Aric贸. S贸lo el tomo 8 de El capital fue publicado por primera vez en M茅xico. Sin contar el m谩s de mill贸n de ejemplares de los Cuadernos de Pasado y Presente y de la Biblioteca del Pensamiento Socialista, y a la luz de nuevas evidencias, tambi茅n de la colecci贸n Am茅rica Nuestra. Extra帽o procedimiento el de Casta帽贸n el de omitir la esencial labor de Aric贸 驴un eco de las dif铆ciles y empa帽adas relaciones profesionales y pol铆ticas entre Orfila y Aric贸?; cf. Casta帽贸n, Adolfo, "Editorial Siglo Veintiuno", Hoja por hoja, A帽o 9, N煤mero 102, Noviembre de 2005.

[34] Jos茅 Aric贸, Carta a Juan Carlos Torre (copia), M茅xico D.F., 26/12/1976, Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[35] Ib铆dem.

[36] Jos茅 Aric贸, Carta a Luiz Alberto Moniz Bandeira (copia), M茅xico D.F., 28/2/1977. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[37] Jos茅 Aric贸, Carta a Ludolfo Paramio (copia), M茅xico D.F., 12/10/1976. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[38] Jos茅 Aric贸, Carta a Leopoldo M谩rmora (copia), M茅xico D.F.,22/4/1977. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[39] Ib铆dem.

[40] Jos茅 Aric贸, Carta a Julio Godio (copia), M茅xico D.F., 9/6/1977. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[41] Portantiero, Juan Carlos, "Jos茅 Aric贸: las desventuras del marxismo latinoamericano", introducci贸n a Aric贸, Jos茅, La hip贸tesis de Justo. Escritos sobre el socialismo en Am茅rica Latina, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999, pp. 7-12. El volumen incluye el texto sobre Mari谩tegui y los or铆genes del marxismo latinoamericano, publicado originalmente en Cuadernos de Pasado y Presente 60, M茅xico, 1978.

[42] Esta instituci贸n, fundada el 6 de junio de 1977 como organismo no gubernamental, se orient贸 a desarrollar pol铆ticas participativas en proyectos de desarrollo social y pol铆tico, mediante la articulaci贸n de acciones con organizaciones populares e instituciones democr谩ticas, programas de promoci贸n con sindicatos y asociaciones de productores agrarios, gobiernos regionales y municipales, y redes de concertaci贸n y acci贸n pol铆tica.

[43] Portantiero, Juan Carlos, "Jos茅 Aric贸聟", p. 10. Pablo Sandoval subraya la importancia de esta opini贸n para interpretar la influencia de Aric贸 en Per煤.

[44] Aric贸, Jos茅, "Mari谩tegui y los or铆genes del marxismo latinoamericano", Socialismo y participaci贸n, 5, diciembre de 1978, Lima, pp. 13-43. Reci茅n aparec铆a en M茅xico el Cuaderno de Pasado y Presente 60 dedicado a Mari谩tegui, con ese texto de Aric贸.

[45] Carlos Franco, Carta a Jos茅 Aric贸, Lima, 24/5/1979. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[46] L贸pez, Sinesio, "Pancho Aric贸", en聽Socialismo y Participaci贸n, 56, diciembre de 1991, p. 6, citado por Sandoval, Pablo, "Los gramscianos argentinos: cultura y pol铆tica en la experiencia de Pasado y Presente" [Comentario a Burgos, Raul. Los Gramscianos Argentinos, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004], en Argumentos, A帽o 2, N掳 4, noviembre 2008, Instituto de Estudios Peruanos, Lima. El amigo de Aric贸 Sinesio L贸pez Jim茅nez estudi贸 sociolog铆a en la Universidad de San Marcos de Lima y luego hizo estudios de doctorado en la 脡cole Pratique des Hautes 脡tudes de Par铆s bajo la direcci贸n de Alan Touraine. Profesor universitario de larga y destacada trayectoria, fue tambi茅n director de la Biblioteca Nacional del Per煤 (2001-2005), director de El Diario de Marka (1982-1984) y columnista pol铆tico del mismo. El historiador Alberto Flores Galindo naci贸 en el Callao el 28 de mayo de 1949. Fue uno de los intelectuales m谩s destacados del pensamiento socialista peruano en las d茅cadas de 1970 y 1980. 聽Su extensa obra incluye聽Los mineros de la Cerro de Pasco聽(1974),聽Arequipa y el sur andino聽(1977),聽Apogeo y crisis de la Rep煤blica Aristocr谩tica聽(1978, con Manuel Burga),聽La agon铆a de Mari谩tegui聽(1980),聽Aristocracia y plebe聽(1984) y聽Buscando un Inca. Identidad y utop铆a en los Andes聽con el cual gan贸 el Premio Casa de las Am茅ricas (ensayo) en 1986, y cuya importancia sigue aumentando.聽Fue fundador y animador de sur, Casa de estudios para el socialismo, desde donde promovi贸 la revista聽M谩rgenes. Tito Flores Galindo muri贸 el 26 de marzo de 1990.

[47] Sandoval, "Los gramscianos聟", cit.

[48] Carlos Franco, Carta a Jos茅 Aric贸, Lima, 13/9/1979. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[49] Este proyecto lleg贸 a discutirse con el mas venezolano y con Darcy Ribeiro, cf. Carlos Franco, Carta a Jos茅 Aric贸, Lima, 21/12/1979. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba.

[50] Carlos Franco, Carta a Jos茅 Aric贸, Lima, 23/6/1980.

[51] Carlos Franco, Carta a Jos茅 Aric贸, Lima, 6/5/1980. Archivo Aric贸, Caja Correspondencia (1), Biblioteca Jos茅 Mar铆a Aric贸, Universidad Nacional de C贸rdoba. La contribuci贸n fue: Aric贸, Jos茅, "Mari谩tegui聽y la formaci贸n del聽Partido聽Socialista en el Per煤", en Socialismo y Participaci贸n, 11, octubre-diciembre, 1981 Lima, pp. 139-167.

[52] Jos茅 Bernardo Adolph (1933-2008) fue un escritor de origen alem谩n, cuya familia se exili贸 en Per煤 en 1938 por la persecuci贸n hitleriana, dedicado a la literatura de ciencia ficci贸n, cf. Adolph, Jos茅 B., "Latinoam茅rica: escollo de Marx", en Equis X. Hay una fotocopia de esta rese帽a en el Archivo Aric贸, desgraciadamente sin los datos de la publicaci贸n, fecha y n煤mero. La referencia m谩s clara aparece en una carta de Franco: "En Equis X apareci贸 un comentario de Jos茅 Adolph [聟]", en un contexto que indica que es muy reciente su aparici贸n, Carlos Franco, Carta a Jos茅 Aric贸, Lima, 17/10/1980.

[53] 芦Aric贸 sobre Mari谩tegui禄. El Caballo Rojo, Suplemento dominical del Diario de Marka, 1, 16, Lima, 31/8 /1980, pp. 3-5 y 12.

[54] Luna Vegas, Ricardo (Entrevista de Ra煤l Gonz谩lez), "Mari谩tegui no se bati贸 en retirada, Aric贸 s铆", Unidad, 4-11/9/1980; Luna Vegas, Ricardo, "La verdad hist贸rica sobre Mari谩tegui y sus tergiversadores", Unidad, 11-17/9/1980; Luna Vegas, Ricardo, "Mari谩tegui, Marx y los intelectuales de izquierda", Unidad, 18-24/9/1980. Los art铆culos de Luna Vegas son extremadamente agresivos con Aric贸 y con sus amigos del cedep. Una mediaci贸n de Jorge del Prado, secretario general del Partido Comunista peruano, aquiet贸 los 谩nimos e hizo cesar la campa帽a contra Aric贸. El articulista enemigo de Aric贸 continu贸 luego con su campa帽a a tav茅s de libros y folletos, cf. Luna Vegas, Ricardo (ed.): Mari谩tegui y la literatura. Biblioteca Amauta, Lima, 1980; Luna Vegas, Ricardo, Introducci贸n a Mari谩tegui, Causachun, Lima, 1975; Mari谩tegui, Haya de la Torre y la verdad hist贸rica, Retama, Lima, 1978; Mari谩tegui y el Per煤 de ayer, de hoy y de ma帽ana, Ediciones Rinc贸n Rojo, Lima, 1981;聽Sobre las ideas pol铆ticas de Mari谩tegui: refutando a sus tergiversadores, Ediciones Unidad, Lima, 1984; Historia y trascendencia de las cartas de Mari谩tegui, Ediciones Rinc贸n Rojo, Lima,1985; Jos茅 Carlos聽Mari谩tegui, ensayo biogr谩fico, Horizonte,聽Lima, 1989.

[55] "Nuestra Am茅rica en Carlos Marx. Una incitaci贸n de Jos茅 Aric贸", Marka, 4/9/1980. Agradezco a Pablo Sandoval el haberme proporcionado copia de este art铆culo, as铆 como los del semanario Unidad.

[56] Vargas Lozano, Gabriel, "Marx y Am茅rica latina", El machete, 14, junio de 1981, M茅xico, pp. 31-34. Aric贸 ley贸 con cuidado esta rese帽a, y subray贸 tanto los acuerdos como los desacuerdos, enfatizando la cuesti贸n de la relaci贸n Estado/ social civil en Hegel y la cuesti贸n del residuo hegeliano y la cr铆tica al bonapartismo en donde quiera que se encontrara", La versi贸n en los papeles de Aric贸, Biblioteca Aric贸, etc.,

[57] Ortega, Julio, "Libros peruanos del 聭80", en unom谩suno, Suplemento s谩bado, 191, 4/7/1981, M茅xico D.F., p. 14.

[58] Aric贸, Jos茅 Mar铆a,聽Marx e a Am茅rica Latina, presentaci贸n de Carlos Franco, traducci贸n de Mar铆a Celeste Marcondes, R铆o de Janeiro, Paz e Terra, 1982, 164 pp.



Fonte: Especial para Gramsci e o Brasil.

  •